Charla entre la razón y el corazón…

¿Y si en realidad el tiempo no lo pudiese todo, si no fuese tan cierto que las cosas con el pasar de los días se van olvidando, o las heridas no se van cerrando, cuantas cosas cambiarían?
Porque es muy fácil pensar que con solo dejar pasar los días, meses o años las cosas se solucionan, y lo peor es que uno se auto convence, y se cree un superado, alguien que tuvo la suerte de superar un dolor y sobreponerse, y se vuelve a sentir fuerte…
Sin embargo, un buen día, quizá el menos pensado, todo el castillo que creías tan sólido comienza a temblar, porque te encuentras de nuevo cara a cara con el dolor, con ese sentimiento tan helado y tan dormido del que ya casi ni te acordabas, y que, muy a pesar de todo, sigue ahí, y comienza a despertarse con todas las fuerzas acumuladas por el tiempo en que estuvo inactivo y quiere salir, quiere gritar que está vivo y que va a dar pelea, por que la RAZÓN piensa:
¡Otra vez no! ¿o acaso no te acuerdas el tiempo que te costó volver a ponerte en pie?, ¿o no te acuerdas de esas noche sin dormir, de esos desvelos y angustias, de tus días vacíos, de tus noches sin estrellas?
¿Quieres realmente volver a vivir todo eso, o ahora que ya estas de pie no sería mejor que anduvieras por otros caminos? Porque, sinceramente, amores no te faltan, tienes la capacidad de enamorar a quien quieras, y te vas a hacer problema por un hombre/una mujer que, en realidad, no sabes si te quiere, no sabes si te engaña?…
¡Piensa! ¡no te equivoques! Una vez creíste tocar el cielo con las manos y en un instante descendiste al más profundo de los infiernos, ¿crees que vale la pena?
Haz lo que te digo, no existen los amores eternos, y seguramente, todo eso lo único que te va a hacer es ilusionarte y volverte a lastimar«
Y se hace un silencio eterno…
El CORAZÓN, aturdido por las palabras de la RAZÓN, se queda sin aliento, pero después de un rato de pensar, donde la RAZÓN ya creía tener ganada la partida, el CORAZÓN replica:
«No sé si tus palabras son del todo ciertas, pero sí sé que no son tampoco del todo equivocadas: no es lo mismo pensar que sentir, no es lo mismo razonar que hacer las cosas impulsivamente, porque los que piensan son aquellos que nunca se arriesgan, y pobre de aquel que no esté dispuesto una vez en su vida a perderlo todo por la persona que ama, pobre de aquel que no está dispuesto a olvidar, porque nunca será perdonado, pobre de aquel que es tan ciego y vacío, que no es capaz de dejar de lado todas las trivialidades de la vida por amor… Pobre de quien teniendo en frente el amor de su vida, no es capaz de quitarse la careta y sentir…
Porque el amor no sólo es alegría, no solo es paz y ternura, el amor es también dolor y lágrimas, es angustia y desvelo, es muchas cosas, pero bueno… la verdad es que no sé qué pesa más, si la RAZÓN o el CORAZÓN.
Lo que si sé es que si uno no siente se transforma simplemente en una roca, una cosa que no es capaz de demostrar cariño y confianza, un cuerpo sin alma.
Por eso creo que uno debe jugarse por lo que siente… le puede salir bien o mal, puede equivocarse o vivir el resto de su vida con la persona que ama… lo que sí es cierto es que jamás perdonaría a alguien que por rencor o desconsuelo no sea capaz de tomar a la persona que ama, y gritarle a todo el mundo que por ella daría la vida…
Y, por último, otra cosa que tengo bien clara, es que el que se enamora soy yo, y el amor se siente con el CORAZÓN, no con la CABEZA«.
Se hizo el silencio… y, sin mediar palabra, el CORAZÓN, decidió tomar el camino correcto… y fue tras el amor…
Autor desconocido

Otros lo hubieran abortado hoy día

 

Aquí aparezco otra vez. Despúes de unos largos 7 meses mas o menos. ¿La razón? Pues nunca imagine que iba a recibir tantos mails pidiendo que vuelvan a aparecer mis post por aquí. La verdad no se si me dedique a escribir como antes, pero al menos haré el intento de escribir algo cada tanto. Lamento haber borrado todos los escritos míos, pero bueno…ya habrán nuevos.

Ahora se preguntaran a que va el titulo del posteo. Simplemente apunta a que muchas veces nos dejamos vencer por situaciones o problemas, o como diríamos algunos, «bajar los brazos». Ahora para poder vencer todo esto de lo que hablo, creo que es importantísima la fe. Quizás no compartan opinión conmigo, pero cuando digo fe me refiero al creer en algo que nos hace fuerte (Mas allá de si son creyentes o no, si ese creer en algo es un objeto o pensamiento, etc). La creencia en nuestras bondades, posibilidades y talentos, tanto como en los de nuestros semejantes, es la energía que mueve la vida hacia grandes derroteros. Creo que tener fe es guiar nuestra vida no con la vista, sino con el corazón. La razón necesita muchas evidencias para arriesgarse, el corazón necesita sólo un rayo de esperanza. Las cosas más bellas y grandes que la vida nos regala no se pueden ver, ni si quiera palpar, sólo se pueden acariciar con el espíritu. Tener fe es levantasrse cuando se ha caído. Los reveses y fracasos en cualquier área de la vida nos entristecen, pero es más triste quedarse lamentándose en el frío suelo de la autocompasión, atrapado por la frustración y la amargura. Tener fe es ver positivamente hacia adelante, no importa cuanto incierto parezca el futuro o cuan doloros el pasado. Quien tiene fe hace del hoy un fundamento del mañana, y trata de vivirlo de tal manera que cuando sea parte de su pasado, pueda verlo como un grato recuerdo.

Para concluir el post les voy a dejar una historia con un video de un padre y un hijo…

El hijo le preguntó a su padre, ‘Papá, formarías parte en el maratón conmigo? El padre respondió, si’. Fueron al maratón y lo completaron juntos. Padre e hijo fueron juntos a otros maratones, el padre siempre decía ‘si’ a las solicitudes de su hijo de ir juntos en las carreras. Un día, el hijo le preguntó a su padre, ‘ Papá, vamos a participar juntos en el ‘Ironman’ ‘ El padre le dijo si también.

El triatlón Ironman abarca unos 3,86 kilómetros nadando en los océanos, seguido por unos 180,2 kilómetros de paseo en bicicleta, y terminando con unos 42,195 kilómetros de maratón a lo largo de la costa de Big Island. IMPRESIONANTE!!!!!!

Vive y se feliz a pesar de todo…

Desde chico ví como pasaba la vida delante de mis ojos, y no sé porqué, pero siempre me tomé esos minutos para analizarla. Verdaderamente muchas veces no entendía los porqué, y hoy en día tampoco no los entiendo, pero al menos sigo deteniéndome a verlos.

La gran mayoría de las veces me puso triste tener que ver cosas que no eran de agrado, al menos, para mí. Y aprendí que en eso es donde no hay que detenerse. Mucha gente piensa que tiene grandes problemas, algunos dirán que hasta infinitos problemas, y que cuando se «solucionan» algunos, aparecen otros. He puesto «solucionan» entre comillas, porque me parece que esa no es la palabra correcta. Esto es igual que las estrellas que tienen millones de años luz, lo que significa que aunque se apaguen, las seguiremos viendo. Con los problemas quizás sea igual, pensemos por un momento, en un problema pasado, no creo que sea difícil, cada dos por tres tenemos algún problema, y mientras los tenemos, se nos hacen eternos, pero luego…solucionados o no, ya son problemas pasados en los cuales no hay que centrase más, y tampoco seguirlos mirando, pues ya no están…aunque sí sea bueno seguirlos teniendo presentes para nuestro futuro, y así tratar de no cometer los mismos errores.

Alguna vez leí por ahí una frase que dice «Los tiempos felices en la humanidad son las páginas vacías de la historia», y tristemente tiene razón…lo pensaron alguna vez? Pues a eso voy, debemos cambiar nosotros mismos, para recién pensar y pretender algo mejor para todos.

Podría pasarme horas y horas escribiendo sobre el tema, así que esto es solo como una pequeña opinión, y recuerden que el disfrute de una vida sin sentido los lleva al olvido o los despeja del camino pero pueden caer en el vacío, la vida no es sólo lágrimas, oscuridad y mal estar…hay que vivir por algo, por algo que encuentres sentido, un camino y ningún vacío.

Por último, les dejo este video para que vean:

PD:  Quizás no vuelva a postear de aquí en adelante, por varias razones. Y este post lo hice a petición de mucha gente, a la que sé que no he respondido sus preguntas directamente, pero lo hice así, para que vean que cada uno puede ver desde el mejor punto de vista o sacar conclusiones de un problema o situación, y salir adelante 🙂 Hagan que sus vidas cada día tengan más vida, y si se sienten desfallecer no olviden que al final siempre hay algo más.

Saludos

Mirando las estrellas

Enzo Fava

Mirando las estrellas me di cuenta que en cada una de ellas  existe un paraíso. Mirándolas a ellas descubrí la infinidad de cosas que perdemos. Ellas que están allá, tan lejos de este mundo, al menos sobreviven con su pequeño brillo; y nosotros acá, tan llenos de momentos, nos sentimos morir cuando algo se termina.
Mirando las estrellas comprendí el valor que no damos a la vida. Cuando ésta sin querer nos quita cosas, pensamos que es injusta y olvidamos que sin ella no seríamos quienes somos.
Hoy sin pensar vi volar una estrella en su gran mundo…
La vi volar sin rumbo y la noté perdida.
Me di cuenta que a veces no sólo en este mundo existe soledad que ellas también la sienten, como cualquier persona, pero al menos siguen brillando, buscando una razón para salir de ella.
En cambio acá, nosotros, pensamos que estar solos es el fin de la vida; y no nos damos cuenta que a veces la soledad nos ayuda a encontrar respuestas que no estaban.Mirando las estrellas pude ver que la felicidad llega en cualquier momento… que todo se termina en este mundo, desde lo más hermoso, hasta lo más molesto y doloroso.
Hoy mirando una estrella, sentí el calor aquel del amor que se fue Y descubrí que en ella están los sueños, los besos y aquel tiempo que se perdió algún día. Comprendí que el amor tiene un millón devueltas Que a veces nos sorprende, nos da felicidad, y a veces se transforma en lo peor que hay. Mirando una de ellas, crecí un poquito más Aprendí a sonreír, y a ver la realidad. Mirando una de ellas, pude ver la verdad:

Que no sirve el ORGULLO cuando existe AMISTAD;
Que no sirve LLORAR cuando un amor se va;
Que no vale la pena aprender a CALLAR;
Que no existen FRONTERAS cuando tenemos VIDA…
Y que aprender a VIVIR, ES LO MEJOR QUE HAY!!!

Como para pensar….

Hoy tenemos edificios más altos y autopistas más anchas, pero temperamentos más cortos y puntos de vista más estrechos.
Gastamos más, pero disfrutamos menos.
Tenemos casas más grandes, pero familias más chicas.
Tenemos más compromisos, pero menos tiempo
Tenemos más conocimientos, pero menos criterio.
Tenemos más medicinas, pero menos salud.
Hemos multiplicado nuestras posesiones, pero hemos reducido nuestros valores.
Hablamos mucho, amamos poco y odiamos demasiado.
Hemos llegado a la Luna y regresamos, pero tenemos problemas para cruzar la calle y conocer a nuestro vecino.
Hemos conquistado el espacio exterior pero no el interior.
Tenemos mayores ingresos, pero menos moral….
Estos son tiempos con más libertad, pero menos alegría….
Con más comida, pero menos nutrición….
Son días que llegan dos sueldos a casa, pero aumentan los divorcios.
Son tiempo de casas más lindas, pero más hogares rotos.
Por todo esto, propongo que de hoy en adelante;
No guardes nada “Para una ocasión especial”, porque cada día que vivas es una ocasión especial.
Busca a Dios, aprende a conocerle, lee más, siéntate en la terraza y admira la vista sin fijarte en las malas hierbas.
Pasa más tiempo con tu familia y con tus amigos, come tu comida preferida, visita los sitios que ames.
La vida es una sucesión de momentos para disfrutar, no es solo para sobrevivir.
Usa tus copas de cristal, no guardes tu mejor perfume, úsalo cada vez que te den ganas de hacerlo.
Las frases “Uno de estos días”, “Algún día”, quitalas de tu vocabulario.
Escribamos aquella carta que pensábamos escribir, “Uno de estos días”.
Digamos hoy a nuestros familiares y amigos, cuánto los queremos.
Por eso, no retardes nada que agregaría risa y alegría a tu vida.
Cada día, hora, y minuto son especiales….
y no sabes si pudiera ser el último…

Las Amistades se arman de pedacitos

Pedacitos de tiempo que vivimos con cada persona. No importa la cantidad de tiempo que pasamos con cada amigo, sino la calidad del tiempo que vivimos con él.
Cinco minutos puede tener una importacia mayor que un día entero.
Así, algunas amistades son hechas de risas y dolores compartidos; otras de horas de escuela; otras de salidas, cines, diversionas; y están aquéllas que nacen y uno no sabe por qué…
Tal vez de silencios compartidos, o de simpatía mutua sin explicación.
Hoy en día, muchas amistades son hechas sólo de e-mail y de esas no son menos importantes. Diferentes, pero NO MENOS IMPORTANTES.
Aprendemos a amar a las personas sin poder juzgarlas por su apariencia o modo de ser, sin que podamos concientemente etiquetarlas.
Hay amistades profundas que son creadas así.
Saint- Exupéry dice:
«El tiempo que perdiste por tu rosa hace que tu rosa sea tan importante»
Por eso el «tiempo perdido» con cada amigo hace que cada amigo sea tan importante.
Porque el tiempo perdido con amigos es tiempo ganado, aprovechado y vivido.
Son recuerdos para cinco minutos después, para dentro de un ahño o para siempre. Un amigo se torna importante para nosotros, y nosotros para él, cuando somos capaces de en su ausencia de reír o llorar, de sentir nostalgia, pena o alegría y en ese instante traerlo bien cerquita de nosotros.
Lo importante es saber aprovechar lo máximo cada minuto vivido o atesorarlo después en el baúl de los recuerdos, para tener tiempo para pensar con los amigos, aún cuando estuvieron lejos de nuestros ojos.
Junto todos los días «pedacitos» en una cajita bien adentro de mi corazón. Son mi tesoros y en los momentos tirstes, «armo» amigos que me acompañen…
GRACIAS POR EL PEDACITO DE AMISTAD QUE ME DONASTE!

El desafío del trigo

Un día un viejo campesino fue a ver a Dios y le dijo: «Mira, tú puedes ser muy Dios y puedes haber creado el mundo, pero hay una cosa que tengo que decirte:
«No eres un campesino, no conoces ni siquiera el principio de la agricultura. Tienes algo que aprender».
-Dios dijo: ¿Cuál es tu consejo?.
El granjero le respondió: «Dame un año y déjame que las cosas se hagan como yo quiero y veamos que pasa. La pobreza no existirá más.
Dios aceptó y le concedió al campesino un año. Naturalmente éste pidió lo mejor y sólo lo mejor… ni tormentas, ni ventarrones, ni peligros para el grano. Todo confortable y cómodo… y él era muy feliz.
El trigo crecía altísimo. Cuando quería sol… había sol; cuando quería lluvia… había tanta lluvia como hiciera falta. Ese año todo fue perfecto, ¡matemáticamente perfecto!.
El trigo crecía tan alto que el granjero fue a ver a Dios y le dijo: «¡Mira!, esta vez tendremos tanto grano que si la gente no trabaja en 10 años, aun así tendremos comida suficiente».
Pero hubo un problema…
Cuando se recogieron los granos todos estaban vacíos. El granjero se sorprendió y le preguntó a Dios: «¿Qué pasó?, ¿qué error hubo?.
Ante tal inquietud Dios le respondió: «Como no hubo desafío, no hubo conflicto, ni fricción, como tu evitaste todo lo que era malo, el trigo se volvió impotente.
Un poco de lucha es imprescindible. Las tormentas, los truenos, los relámpagos, son necesarios, porque sacuden el alma dentro del trigo».
La noche es tan necesaria como el día y los días de tristeza son tan esenciales como los días de felicidad. A esto se le llama lucha y esfuerzo.
Entendiendo este secreto descubrirás cuan grande es la belleza de la vida, cuánta riqueza llueve sobre ti en todo momento, dejando de sentirte miserable porque las cosas no van de acuerdo con tus deseos

Suficiente


Estando en un aeropuerto escuche a un padre e hija en sus últimos momentos juntos. Se anunciaba la salida del vuelo de ella y junto a la puerta la escuche decir:
Papi, nuestra vida juntos ha sido más que suficiente». «Tu amor es todo lo que siempre necesité».
«Te deseo lo suficiente, a ti también».
Se besaron de despedida y ella partió.
Él caminó hacia la ventana donde yo estaba sentado. Ahí parado yo podía ver que quería y necesitaba llorar. Intenté no ser un intruso en su privacidad, pero él me pregunto:
¿Alguna vez dijo adiós sabiendo que será para siempre?
Si lo he hecho.
Perdone por preguntar, pero porque es éste un adiós para siempre? Le pregnuté.
«Soy viejo y ella vive muy lejos, tengo desafíos por delante y la realidad es, que su próximo viaje de vuelta será para mi funeral» dijo.
Cuando decía adiós le escuche decir «te deseo lo suficiente». Pudiera preguntarle que significa?
Empezó a sonreír. «ese es un deseo que ha pasado de generación en generación. Mis padres lo decían a cualquiera».
Hizo una pausa por un momento, y mirando hacia arriba como tratando de recordar en detalle, sonrió una vez mas.
Cuando nosotros decimos «te deseo lo suficiente», estamos deseándole a la otra persona que tenga una vida llena de suficientes cosas buenas que lo sostenga. Continuó y luego, mirandome a mi, compartió lo siguiente, como recitándolo de memoria:
Te deseo el suficiente sol para mantener tu actitud brillante». «Te deseo la suficiente lluvia para apreciar más el sol». «Te deseo la suficiente felicidad para mantener tu espíritu vivo». «Te deseo el suficiente dolor para que los pequeños placeres de la vida parezcan más grandes». «Te deseo la suficiente ganancia para satisfacer tus deseos». «Te deseo la suficiente pérdida para apreciar todo lo que posees». «Te deseo los suficientes «holas» para que te lleven a través del «adiós final».
Entonces, empezó a sollozar y se alejo……..

Mis amigos, les deseo lo suficiente !!! Poruqe dicen que «toma un minuto encontrar a una persona especial, una hora para apreciarla, un día para amarla, pero una vida entera para olvidarla»

La Imaginación es más importante que el Conocimiento

Cuenta una antigua leyenda que en la Edad Media un hombre muy virtuoso fue injustamente acusado de haber asesinado a una mujer . En realidad el verdadero autor era una persona muy influyente del reino y por eso se procuro un chivo expiatorio para encubrir su crimen.
El hombre fue llevado a juicio conociendo que tendría escasas o nulas posibilidades de escapar al terrible veredicto….¡¡la horca!!.
El Juez, también complotado, cuidó no obstante de dar todo el aspecto de un juicio justo. Por ello dijo al acusado: «Conociendo tu fama de hombre honesto y devoto del Señor vamos a dejar en manos de El tu destino, vamos a escribir en dos papeles separados las palabras culpable e inocente.
Tu escogerás y será la mano del Dios la que decida tu destino» .
Por supuesto el mal funcionario había preparado dos papeles con la misma palabra CULPABLE y la pobre victima, aun sin conocer los detalles, se daba cuenta que el sistema propuesto era una trampa . No había salida alguna:
culpable o culpable.
El Juez conminó al hombre a tomar uno de los papeles doblados. Este respiró profundamente, quedó en silencio unos cuantos segundos con los ojos cerrados y cuando la sala comenzaba ya a impacientarse abrió los ojos y con una extraña sonrisa tomó uno de los papeles. Escojo este – dijo y llevándolo a su boca lo engulló rápidamente.
Sorprendidos e indignados los presentes le reprocharon airadamente.
– ¡Pero qué hizo! ¿y ahora, cómo vamos a saber el veredicto?.
Es muy sencillo – respondió el hombre – Es cuestión de leer el papel que queda y sabremos lo que decía el que me trague. Con rezongos y bronca mal disimulada debieron liberar al acusado y jamás volvieron a molestarlo.

«Por más difícil o imposible que parezca una situación nunca dejemos de buscar la salida ni de luchar hasta el último momento.  Cuando todo parezca perdido, usa la imaginación.»

Arbol confundido

Había una vez -en algún lugar que podría ser cualquier lugar, y en un tiempo que podría ser cualquier tiempo-, un hermoso jardín, con manzanos, naranjos, perales y bellísimos rosales, todos ellos felices y satisfechos.
Todo era alegría en el jardín, excepto por un árbol profundamente triste.
El pobre tenía un problema: «No sabía quién era»…
Lo que le faltaba era concentración, le decía el manzano, – Si realmente lo intentas, podrás tener sabrosísimas manzanas-. -¿Ves qué fácil es?-
-No lo escuches…-, exigía el rosal. -Es más sencillo tener rosas.. – ¿Ves qué bellas son?
Y el árbol, desesperado, intentaba todo lo que le sugerían, y como no lograba ser como los demás, se sentía cada vez más frustrado.
Un día llegó hasta el jardín el búho, la más sabia de las aves, y al ver la desesperación del árbol, le dijo: -No te preocupes, tu problema no es tan grave, es el mismo de muchísimos seres sobre la tierra. Yo te daré la solución-:
-¡No dediques tu vida a ser como los demás quieran que seas. Sé tu mismo, conócete, y para lograrlo, escucha tu voz interior!-.
Y dicho esto, el búho desapareció.
-¿Mi voz interior?… ¿Ser yo mismo?… ¿Conocerme?… – Se preguntaba el árbol, desesperado,…
¡CUANDO DE PRONTO, COMPRENDIÓ!
Y cerrando los ojos y los oídos, abrió el corazón, y por fin pudo escuchar su voz interior diciéndole: -Tú jamás darás manzanas porque no eres un manzano, ni florecerás cada primavera, porque no eres un rosal-.
-¡Eres un roble!-. -Y tu destino es crecer grande y majestuoso. Dar cobijo a las aves, sombra a los viajeros, belleza al paisaje… Tienes una misión: ¡Cúmplela!.
Y el árbol se sintió fuerte y seguro de si mismo, y se dispuso a ser todo aquello para lo cual estaba destinado.
Así, pronto llenó su espacio y fue admirado y respetado por todos. Y sólo entonces el jardín fue completamente feliz.
Yo me pregunto, al ver a mi alrededor, -¿Cuántos serán robles que no se permiten a si mismos crecer?….
¿Cuántos serán rosales que, por miedo al reto, sólo dan espinas?…. ¿Cuántos, naranjos que no saben florecer?
En la vida, todos tenemos un destino que cumplir, un espacio que llenar. No permitamos que nada ni nadie nos impida conocer y compartir la maravillosa esencia de nuestro ser.

¡NUNCA LO OLVIDES!

Como para respirar

Cierta vez un hombre decidió consultar a un sabio sobre sus problemas.
Luego de un largo viaje hasta el paraje donde aquel Maestro vivía, el hombre finalmente pudo dar con él:
– «Maestro, vengo a usted porque estoy desesperado, todo me sale mal y no se que más hacer para salir adelante».
El sabio le dijo:
– «Puedo ayudarte con esto…sabes remar ?»
Un poco confundido, el hombre contestó que sí.
Entonces el maestro lo llevó hasta el borde de un lago, juntos subieron a un bote y el hombre empezó a remar hacia el centro a pedido del maestro.
– «Va a explicarme ahora cómo mejorar mi vida ?» -dijo el hombre advirtiendo que el anciano gozaba del viaje sin más preocupaciones.
– «Sigue, sigue -dijo éste- que debemos llegar al centro mismo del lago»
Al llegar al centro exacto del lago, el maestro le dijo:
– «Arrima tu cara todo lo que puedas al agua y dime qué ves…»
El hombre, pasó casi todo su cuerpo por encima de la borda del pequeño bote y tratando de no perder el equilibrio acercó su rostro todo lo que pudo al agua aunque sin entender mucho para qué estaba haciendo esto.
De repente, el anciano lo empujó y el hombre cayó al agua.
Al intentar salir, aquel tomó su cabeza con ambas manos e impidió que el hombre llegara a la superficie.
Desesperado, el hombre manoteó, pataleó, gritó inútilmente bajo el agua hasta que casi a punto de morir ahogado el sabio lo soltó y le permitió subir a la superficie y luego al bote.
Al llegar arriba el hombre, entre toses ya ahogos le gritó:
– «Usted está loco ???…no se da cuenta que casi me ahoga ??»
Con el rostro plácido, el maestro le preguntó:
– «Cuándo estabas abajo del agua en qué pensabas ??, qué era lo qué más deseabas en ese momento ? »
– ¡¡En respirar por supuesto!!!!
– «Bien, cuando pienses en triunfar, con la misma vehemencia con la que pensabas en respirar, en ese momento y no antes estarás preparado para triunfar…»
Créame que es así de fácil (o en realidad es difícil ??) A veces también es bueno llegar al punto del «ahogo» para descubrir el modo en que deben enfocarse los esfuerzos para llegar a algo.

Vida..


Ya perdoné errores casi imperdonables. Trate de sustituir personas insustituibles, de olvidar personas inolvidables.
Ya hice cosas por impulso.
Ya me decepcioné con algunas personas , mas también yo decepcioné a alguien
Ya abracé para proteger . Ya me reí cuando no podía . Ya hice amigos eternos. Ya amé y fui amado pero también fui rechazado.
Ya grité y salté de felicidad. Ya viví con amor e hice juramentos eternos, pero también los he roto y muchos.
Ya lloré escuchando música y viendo fotos . Ya llamé sólo para escuchar una voz .
Ya me enamoré por una sonrisa. Ya pensé que iba a morir de tanta nostalgia y ….
Tuve miedo de perder a alguien especial (y termine perdiéndolo) ¡¡ pero sobreviví !!Y todavía vivo !! No paso por la vida.
Y tú tampoco deberías sólo pasar … VIVE!!!
Bueno es ir a la lucha con determinación abrazar la vida y vivir con pasión.
Perder con clase y vencer con osadía, por que el mundo pertenece a quien se atreve y la vida es mucho más para ser insignificante..

El alacran

Un maestro oriental que vio cómo un alacrán se estaba ahogando, decidió sacarlo del agua, pero cuando lo hizo, el alacrán lo pico. Por la reacción al dolor, el maestro lo soltó y el animal volvió a caer al agua. El maestro intentó sacarlo una vez más, y el alacrán le volvió a picar.
Alguien que había observado todo, se acercó al maestro y le dijo:
– Perdone, ¡pero usted es terco! ¿No entiende que cada vez que intente sacarlo del agua lo picará?
El maestro respondió:
– La naturaleza del alacrán es picar, y eso no va a cambiar la mía, que es ayudar.
Entonces, ayudándose de una hoja, el maestro finalmente sacó al alacrán del agua y le salvó la vida.
No cambies tu naturaleza si alguien te hace daño; sólo toma precauciones. Algunos persiguen la felicidad; otros la crean. Tenlo presente siempre. Sencillo, ¿no crees?
“Cuando la vida te presente mil razones para llorar, demuéstrale que tienes mil y una razones para sonreír”.

La historia del bambú

¿Sabes? En el lejano Oriente vive el árbol cuyo crecimiento es el más rápido de todas las especies. Dicen que si te quedas quieto mirándolo, puedes verlo crecer, y no es de extrañar, pues crece hasta 32 metros por mes. Eso significa que crece un metro diario, unos cinco centímetros por hora. Es algo realmente sorprendente.
El Bambú es el árbol de mayor crecimiento de todo el planeta, quizás la criatura viva que más rápidamente crece, tanto así que en Japón, se usa aún hoy en día como materia prima y se le da una importancia aún mayor que al cemento, acero o al silicio de los semiconductores.
Sin embargo tú puedes tomar hoy una semilla de bambú y plantarla en el jardín de tu casa, puedes regarla durante meses y meses, y no conseguirás que brote ni el más pequeño tallo.
Eso podría ser una gran decepción para ti, ¿verdad? ¿Por qué esa planta que crece tan rápido no crece en tu jardín?
En un primer momento puedes echarle la culpa a la tierra, quizás sea demasiado pobre, pero si eres listo verás que otros árboles viven en ella, así que no debe ser esa la razón.
Quizás sea el clima de tu país, ¿Quién sabe? Quizás necesita otro ambiente para salir adelante.. Sin embargo en Japón y China se mezclan temperaturas extremas en todos los sentidos. Y esa planta aguanta el más caliente Sol y el Frío más extremo. De hecho es famoso por su habilidad para sobrevivir en cualquier circunstancia.
Quizás puede ser que seas tú, quizás el problema esté en ti, quizás tú seas un inútil y no puedas hacer que crezca el bambú.
Te reto a hacerlo, toma una semilla y riégala durante siete meses… ¡No lograrás nada! ¿Por qué lo sé?
Porque esa es una planta muy sabia. El bambú durante sus siete primeros años (si, siete años) crece hacia abajo, haciendo expandir sus raíces hasta lo más profundo. ¿Por qué? Porque es sabía y se está preparando. Se está preparando para después ser capaz de alcanzar el mayor de los éxitos y ser la planta con el crecimiento más rápido que existe en todo el reino vegetal.
Ser el número Uno no es fácil, hay que prepararse mucho para ello, y el bambú lo consigue gracias a siete años de profundizar sus raíces.
Entonces se hace tan poderoso que en un mes crece 32 metros, y aún cuando lo cortes seis veces, seguirá creciendo hasta los 32 metros en un solo mes. Por eso es tan apreciado. Porque sabe prepararse para triunfar, y si la desgracia cae sobre él, sabe renacer de sus cenizas y llegar otra vez a lo más alto empezando desde casi cero.
¿Por qué es capaz de hacer eso?
Porque sus siete años de raíces le dan la fuerza para ello, su vida reside en su raíz, y aunque cortes el tallo, este seguirá creciendo.
¿Has probado a cortar un Roble o un Pino? apreciarás que jamás vuelven a brotar. Ellos no se prepararon tanto como el bambú y acaban pagando eso con su vida, con su fracaso. Sin duda alcanzan un primer éxito más rápido que el bambú, a los pocos meses ya tienen un tallo fuera de la tierra.
Sin embargo un roble de siete años aún es un árbol pequeño, joven y delicado. Si le azota una tormenta lo arrancará y morirá; jamás podrá soportar que lo corten a la mitad horizontalmente, porque entonces morirá.
Y sin embargo el sabio Bambú, con sólo siete años y un mes, es un árbol poderoso, de treinta y dos metros, al que puedes cortar una y otra vez, la desgracia puede azotarle y una y otra vez seguirá creciendo. El éxito reside en él y ni aún la peor tormenta puede vencerle, su sabiduría al prepararse apropiadamente, le predestina para el éxito.

Los humanos somos como los árboles, con la diferencia de que nosotros podemos elegir entre ser Robles o Bambúes…

El hombre más feliz del mundo (Noticia científica)

Nos hemos acostumbrado a creer que la felicidad es una especie de competencia olímpica para tener más, ser más exitoso, sentir más placer y hacer más cosas…
El hombre más feliz del planeta es un individuo que vive en una celda de dos por dos, no es dueño ni ejecutivo de ninguna de las compañías del Fortune 500, no tiene relaciones sexuales desde hace más de 30 años, no vive pendiente del celular ni tiene Blackberry, no va al gym ni maneja un BMW, no viste ropa de Armani ni Hugo Boss, desconoce tanto el Prozac como el Viagra o el éxtasis, y ni siquiera toma Coca-Cola.
En suma: el hombre más feliz del planeta es un hombre que no tiene dinero, éxito profesional, vida sexual, ni popularidad.
Su nombre es Matthieu Ricard, francés, occidental por nacimiento, budista por convicción y el único entre cientos de voluntarios cuyo cerebro no sólo alcanzó la máxima calificación de felicidad prevista por los científicos (-0.3), sino que se salió por completo del “felizómetro”: -0.45.
Los 256 sensores y decenas de resonancias magnéticas a las que Ricard se sometió a lo largo de varios años para validar el experimento no mienten:
Allí donde los niveles en los simples mortales es muy alto, – estrés, coraje, frustración – en el cerebro de Ricard, estas sensaciones negativas sencillamente no existen.
Por el contrario, ahí donde la mayoría de voluntarios mostró bajísimos niveles -satisfacción y plenitud existencial-, Ricard superó todos los índices.
Esto es, en todas y cada una de las sensaciones positivas, dando origen al título de “el hombre más feliz del planeta” (www.elmundo. es, 22 de abril)

Lo paradójico del caso no es que él sea un hombre tan feliz, sino cómo llegó a serlo:
Desprendiéndose de todo aquello en lo que los occidentales suponemos radica la felicidad: fe en un Dios salvador, éxito profesional, pericia científica, dinero, posesiones, relaciones humanas y consumo, consumo, consumo…
Y es que Ricard no es ajeno a nada de esto: hijo del miembro emérito de la academia francesa Jean François Revel, Ricard no se dejó deslumbrar por el ateísmo ilustrado de su padre, ni por su fe de nacimiento; tampoco sus estudios de genética celular en el Instituto Pasteur le trajeron la satisfacción deseada.
Con el mundo a sus pies y a punto de convertirse en una eminencia científica Un buen día decidió que ése no era el rumbo que él quería para su vida.
Se fue al Himalaya, adoptó el celibato y la pobreza de los monjes, aprendió a leer el tibetano clásico e inició una nueva vida desde cero.
Hoy es la mano derecha del Dalai Lama y ha donado millones de euros -producto de la venta de sus libros- a monasterios y obras de caridad.
Pero eso no es la causa, sino la consecuencia de su felicidad…
La causa hay que buscarla en otro lado, dice el jefe del estudio, Richard J. Davidson, y no es ningún misterio ni gracia divina:
Se llama plasticidad de la mente. Es la capacidad humana de modificar físicamente el cerebro por medio de los pensamientos que elegimos entretener.
Resulta que al igual que los músculos del cuerpo, el cerebro desarrolla y fortalece las neuronas que más utilizamos.
A más pensamientos negativos, mayor actividad en el córtex derecho del cerebro y en consecuencia, mayor ansiedad, depresión, envidia y hostilidad hacia los demás.
En otras palabras: más infelicidad autogenerada.
Por el contrario, quien trabaja en pensar bien de los demás y ver el lado amable de la vida, ejercita el córtex izquierdo, elevando las emociones placenteras y la felicidad.
Ricard advierte que no se trata de decidir ver la vida en rosa de un día para otro, sino de trabajar sistemáticamente en debilitar esos músculos de infelicidad que tanto hemos fortalecido creyéndonos víctimas del pasado, de los padres o del entorno, y paralelamente, comenzar a ejercitar los músculos mentales que nos hacen absoluta y directamente responsables de nuestra propia felicidad
(M. Ricard, En defensa de la felicidad, Ed.Urano).

Al final, los resultados del estudio de nuestra civilización consumista donde el Prozac se vende cuatro veces más que el Viagra – confirman ahora sí con pruebas científicas en mano, lo que humanistas y profetas de todas las épocas han venido diciendo …sin que los científicos materialistas les dieran ni un mínimo de crédito…
A saber: que la felicidad es un asunto del espíritu.

– No depende de nada ni de nadie externo a la persona (Buddha)
– La clave para ser feliz mora en el interior de cada quien (Jesús)
– La felicidad es un hábito, o el resultado de varios hábitos (Aristóteles)

Ricard admite que su camino no es más que uno entre muchos, Pero advierte que ser feliz necesariamente sucede al dejar de culpar a los demás de nuestra infelicidad y buscar la causa en nuestra propia mente.
“Vivir las experiencias que nos ofrece la vida, es obligatorio; sufrirlas o gozarlas, es opcional”.

A pesar de todo

SONRÍO….
Aunque la vida me golpee, aunque no todos los amaneceres sean hermosos, aunque se me cierren las puertas. Sonrío…
SUEÑO….
Porque soñar no cuesta nada y alivia mi pensamiento, porque quizás mi sueño pueda cumplirse, porque soñar me hace feliz.
LLORO…
Porque llorar purifica mi alma y alivia mi corazón, porque mi angustia decrece, aunque sólo sea un poco, porque cada lágrima es un propósito de mejorar mi existencia.
AMO…
Porque amar es vivir, porque si amo, quizás reciba amor, porque prefiero amar y sufrir, que sufrir por no haber amado nunca.
COMPARTO…
Porque al compartir crezco, porque mis penas, compartidas, disminuyen, y mis alegrías se duplican.
¡¡¡Sonrío, sueño, lloro, amo, comparto, vivo!!! Y por esto cada día doy gracias a Dios que me da un día más…!

Cual es?

El día más bello? Hoy
La cosa más fácil? Equivocarse
El obstáculo más grande? El miedo
El error mayor? Abandonarse
La raíz de todos los males? El egoísmo
La distracción más bella? El trabajo
La peor derrota? El desaliento
Los mejores maestros? Los niños
La primera necesidad? Comunicarse
Lo que más feliz hace? Ser útil a los demás
El misterio más grande? La muerte
El peor defecto? El malhumor
La persona más peligrosa? La mentirosa
El peor sentimiento? El rencor
Lo más imprescindible? El hogar
El regalo más bello? El perdón
La ruta más rápida? El camino correcto
La más linda sensación? La paz interior
El resguardo más eficaz? La sonrisa
El mejor remedio? El optimismo
La fuerza más potente del mundo? La fe
Las personas más necesarias? Los padres
La cosa más bella de todas? El amor

Madre Teresa de Calcuta.

Veremos..

Había una vez un campesino chino, pobre pero sabio, que trabajaba la tierra duramente con su hijo.
Un día el hijo le dijo:
– ¡Padre, qué desgracia! ¡Se nos ha ido el caballo!
– ¿Porqué le llamas desgracia? – respondió el padre -Veremos lo que trae el tiempo…
A los pocos días el caballo regresó, acompañado de otro caballo.
– ¡Padre, qué suerte! – exclamó esta vez el muchacho -Nuestro caballo ha traído otro caballo.
– ¿Porqué le llamas suerte? – repuso el padre -Veamos qué nos trae el tiempo…
En unos cuantos días más, el muchacho quiso montar el caballo nuevo, y éste, no acostumbrado al jinete, se encabritó y lo arrojó al suelo.
El muchacho se quebró una pierna…
– ¡Padre, qué desgracia! – exclamó ahora el muchacho -.¡Me he quebrado la pierna!
Y el padre, retomando su experiencia y sabiduría, sentenció:
– ¿Porqué le llamas desgracia? -Veamos lo que trae el tiempo…
El muchacho no se convencía de la filosofía del padre, sino que gimoteaba en su cama.
Pocos días después pasaron por la aldea los enviados del rey, buscando jóvenes para llevárselos a la guerra.
Vinieron a la casa del anciano, pero como vieron al joven con su pierna entablillada, lo dejaron y siguieron de largo.
El joven comprendió entonces que nunca hay que dar ni la desgracia ni la fortuna como absolutas, sino que siempre hay que darle tiempo al tiempo, para ver si algo es malo o bueno.
La vida da tantas vueltas, y es tan paradójico su desarrollo, que lo malo se hace bueno, y lo bueno, malo.
Lo mejor es esperar siempre el día de mañana, pero sobre todo confiar en dios, porque todo sucede con un propósito positivo para nuestras vidas..

Leyenda Japonesa

Era una vez un gran Sumarai que vivía cerca de Tokio. Aunque viejo, se dedicaba a enseñar el arte zen a los jóvenes. A pesar de su edad, corría la leyenda de que aún era capaz de derrotar a cualquier adversario.
Cierta tarde, un guerrero conocido por su total falta de escrúpulos apareció por allí. Quería derrotar al Sumarai y aumentar su fama. El viejo aceptó el desafío y el joven comenzó a insultarlo. Pateó algunas piedras hacia él, escupió en su rostro, gritó insultos, ofendió a sus ancestros. Durante horas hizo todo para provocarlo, pero el viejo permaneció impasible. Al final del día, sintiéndose ya exhausto y humillado, el guerrero se retiró.
Y los alumnos, sorprendidos preguntaron al maestro, cómo pudo él soportar tanta indignación.
-Si alguien llega hasta ustedes con un presente, y ustedes no lo aceptan ¿A quién pertenece el presente?
-A quien intentó entregarlo. Respondió uno de los discípulos.
-Lo mismo vale para la injuria, la rabia, la calumnia y los insultos.
Cuando no son aceptados, continúan perteneciendo a quien los traías consigo.

«Tu paz interior depende exclusivamente de ti.
Las personas no pueden quitarte la calma. Sólo que tú lo permitas.»

Problema..

El Gran Maestro y el Guardián se dividían la administración de un Monasterio Zen.
Cierto día, el Guardián murió y fue preciso substituirlo.
El Gran Maestro reunió a todos los discípulos para escoger quién tendría la honra de trabajar directamente a su lado.
Voy a presentarles un problema, dijo el Gran Maestro, y aquél que lo resuelva primero, será el nuevo guardián del Templo.
Terminado su corto discurso, colocó un banquillo en el centro de la sala; encima estaba un florero de porcelana seguramente carísimo, con una rosa roja que lo decoraba.
Éste es el problema, dice el Gran Maestro; – resuélvanlo -.
Los discípulos contemplaron perplejos el «problema», por lo que veían los diseños sofisticados y raros de la porcelana, la frescura y la elegancia de la flor.
¿Qué representaba aquello? ¿Qué hacer? ¿Cuál sería el enigma?
Pasó el tiempo sin que nadie atinase a hacer nada salvo contemplar el «problema», hasta que uno de los discípulos se levantó, miró al Maestro y a los alumnos, caminó resolutamente hasta el florero y lo tiró al suelo, destruyéndolo.
– ¡Al fin alguien que lo hizo! – exclamó el Gran Maestro – ¡Empezaba a dudar de la formación que les hemos dado en todos estos años!.
Usted es el nuevo guardián. Al volver a su lugar el alumno, el Gran Maestro explicó: – Yo fui bien claro: dije que ustedes estaban delante de un «problema». No importa cuán bello y fascinante sea un problema, tiene que ser eliminado.
Un problema es un problema; puede ser un florero de porcelana muy caro, un lindo amor que ya no tiene sentido, un camino que precisa ser abandonado, por más que insistimos en recorrerlo porque nos trae confort… «Solo existe una manera de lidiar con un problema»: atacándolo de frente.
En esas horas, no se puede ser tentado por el lado fascinante que cualquier conflicto acarrea consigo.
Recuerda que un problema, es un problema. No tiene caso tratar de «acomodarlo» y darle vueltas, si al fin y al cabo ya no es otra cosa más que «UN PROBLEMA».
Déjalo, hazlo a un lado y continúa disfrutando de lo hermoso y lo que vale la pena en la vida.

¡No huyas de él… acaba con él!.

Lección de vida

Había un hombre que tenía cuatro hijos. Él buscaba que ellos aprendieran a no juzgar las cosas tan rápidamente; entonces los envió a cada uno por turnos a ver un árbol de peras que estaba a una gran distancia.
El primer hijo fue en el invierno, el segundo en primavera, el tercero en verano y el hijo más joven en el otoño.
Cuando todos ellos habían ido y regresado; él los llamó y juntos les pidió que describieran lo que habían visto.
El primer hijo mencionó que el árbol era horrible, doblado y retorcido.
El segundo dijo que no, que estaba cubierto con brotes verdes y lleno de promesas.
El tercer hijo no estuvo de acuerdo, el dijo que estaba cargado de flores, que tenía aroma muy dulce y se veía muy hermoso, era la cosa más llena de gracia que jamás había visto.
El último de los hijos no estuvo de acuerdo con ninguno de ellos, el dijo que estaba maduro y marchitándose de tanto fruto, lleno de vida y satisfacción.
Entonces el hombre les explicó a sus hijos que todos tenían la razón, porque ellos sólo habían visto una de las estaciones de la vida del árbol.
El les dijo a todos que no deben de juzgar a un árbol, o a una persona, por sólo ver una de sus temporadas, y que la esencia de lo que son, el placer, regocijo y amor que viene con la vida puede ser sólo medida al final, cuando todas las estaciones han pasado.
Si tú te das por vencido en el invierno, habrás perdido la promesa de la primavera, la belleza del verano y la satisfacción del otoño.
Moraleja:
No dejes que el dolor de alguna estación destruya la dicha del resto.
No juzgues la vida por sólo una estación difícil.
Persevera a través de las dificultades y malas rachas… mejores tiempos, seguramente, vienen por delante.

Cuando me amé de verdad

Cuando me amé de verdad, comprendí que en cualquier circunstancia yo estaba en el lugar correcto, en la hora correcta, en el momento exacto. Entonces me relajé.
Hoy sé que eso tiene nombre: autoestima
Cuando me amé de verdad, me di cuenta que mi angustia y sufrimientos emocionales no pasan de ser una señal de que hoy voy en contra de mis verdades.
Hoy sé que eso es autenticidad.
Cuando me amé de verdad, dejé de querer que mi vida sea distinta y comencé a ver que todo lo que sucede contribuye con mi crecimiento.
Hoy, a eso le llamo madurez.
Cuando me amé de verdad comencé a ver cómo es ofensivo forzar alguna situación o a alguien sólo para realizar mis deseos, aun sabiendo que no es el momento o la persona no está preparada, inclusive yo mismo.
Hoy sé que el nombre a esto es respeto.
Cuando me amé de verdad, comencé a despojarme de todo lo que no fuera saludable. Todo y cualquier cosa que me desanimara. En principio, mi razón me llamó la atención acerca de esa actitud de egoísmo.
Hoy se que se llama amor propio.
Cuando me amé de verdad, dejé de temerle a mi tiempo libre y de hacer grandes planes. Abandoné mis proyectos a muy largo plazo. Hoy hago lo que considero correcto, lo que me gusta, cuando quiero y a mi propio ritmo.
Hoy se que eso es simplicidad.
Cuando me amé de verdad, desistí de querer tener siempre la razón y con eso cometí menos errores.
Hoy descubrí la humanidad.
Cuando me amé de verdad, dejé de revivir el pasado y de preocuparme por el futuro.
Ahora, me mantengo en el presente, que es donde la vida realmente ocurre. Hoy vivo un día a la vez.
Eso es plenitud.
Cuando me amé de verdad entendí que mi mente puede perturbarme y decepcionarme. Pero cuando la coloco al servicio de mi corazón, se torna una enorme y valiosa aliada.
Todo eso es ¡saber vivir!

Como es tu corazon?


Un día, un hombre joven se situó en el centro de un poblado y proclamó que él poseía el corazón más hermoso de toda la comarca. Una gran multitud se congregó a su alrededor y todos admiraron y confirmaron que su corazón era perfecto, pues no se observaban en él ni máculas, ni rasguños. Sí, coincidieron todos que era el corazón más hermoso que hubieran visto. Al verse admirado, el joven se sintió más orgulloso aún y con mayor fervor aseguró poseer el corazón más hermoso de todo lugar. De pronto, un anciano se acercó y le dijo:
– ¿Por qué dices eso, si tu corazón no es tan hermoso como el mío?
Sorprendidos, la multitud y el joven miraron el corazón del viejo y vieron que, si bien latía vigorosamente, éste estaba cubierto de cicatrices y hasta había zonas donde faltaban trozos, y estos habían sido reemplazados por otros que no correspondían, pues se veían bordes y aristas irregulares. Es más, había lugares con huecos, donde faltaban trozos profundos.
La mirada de la gente se sobrecogió, ¿cómo puede decir que su corazón es más hermoso? pensaron. El joven contempló el corazón del anciano y al ver su estado se echó a reír:
– ¿Debes estar bromeando? dijo, ¿comparar tu corazón con el mío? el mío es perfecto, en cambio el tuyo es un conjunto de cicatrices y dolor.
– Es cierto, dijo el anciano. Tu corazón luce perfecto, pero yo jamás me involucraría contigo. Mira, cada cicatriz representa una persona a la cual yo entregué todo mi amor. Arranqué trozos de mi corazón para entregárselos a cada uno de aquellos que he amado. Muchos, a su vez, me han obsequiado un trozo del suyo, que he colocado en el lugar que quedó abierto. Como las piezas no eran iguales, quedaron los bordes, por los cuales me alegro, porque me recuerdan el amor que hemos compartido.
Hubo oportunidades, en las cuales entregué un trozo de mi corazón a alguien, pero esa persona no me ofreció un poco del suyo a cambio, de ahí quedaron los huecos. Dar amor es arriesgado, pero a pesar del dolor que esas heridas me producen al haber quedado abiertas, me recuerdan que los sigo amando y alimentan en mí la esperanza, que algún día regresen y llenen el vacío que han dejado en mi corazón. ¿Comprendes ahora lo que es verdaderamente hermoso?
El joven permaneció en silencio, y le empezaron a correr lágrimas por sus mejillas. Se acercó al anciano, arrancó un trozo de su hermoso y joven corazón y se lo ofreció. El anciano lo recibió y lo colocó en su corazón, luego a su vez, arrancó un trozo del suyo, ya viejo y maltrecho y con él tapó la herida abierta del joven. La pieza se amoldó pero no a la perfección. Al no haber sido idénticos los trozos, se notaban los bordes. El joven miró su corazón que ya no era perfecto, pero lucía mucho más hermoso que antes, porque el amor del anciano fluía en su interior.

EL amor

Un hombre fue a visitar a un sabio consejero y le dijo que ya no quería a su esposa y que pensaba separarse.
El sabio lo escuchó, lo miró a los ojos y solamente le dijo una palabra:
«Ámala». -luego se calló-
Pero es que ya no siento nada por ella. »
«Ámala,» -reiteró el sabio-.
Y ante el desconcierto del visitante, después de un oportuno silencio, el viejo sabio agrego lo siguiente:
Amar es una decisión, no un sentimiento.
Amar es dedicación y entrega.
Amar es un verbo y el fruto de esa acción es el amor.
El Amor es un ejercicio de jardinería:
Arranca lo que hace daño, prepara el terreno, siembra, sé paciente, riega, procura y cuida.
Está preparado, porque habrá plagas, sequías o excesos de lluvias, más no por eso abandones tu jardín.
Ama a tu pareja, es decir, acéptala, valórala, respétala, dale afecto y ternura, admírala y compréndela.
» Eso es todo, Ámala».
Por eso, la vida sin amor te lleva a tener estos defectos:
La inteligencia sin amor, te hace perverso.
La justicia sin amor, te hace hipócrita.
El éxito sin amor, te hace arrogante.
La riqueza sin amor, te hace avaro.
La docilidad sin amor, te hace servil.
La pobreza sin amor, te hace orgulloso.
La belleza sin amor, te hace ridículo.
La verdad sin amor te hace hiriente.
La autoridad sin amor, te hace tirano.
El trabajo sin amor, te hace esclavo.
La sencillez sin amor, te envilece.
La oración sin amor, te hace introvertido.
La ley sin amor, te esclaviza.
La política sin amor, te hace ególatra.
La fe sin amor, te hace fanático.
La cruz sin amor, se convierte en tortura.
La vida sin amor, no tiene sentido.

–• Enzo •–

Una montaña de dificultades

En la selva vivían tres leones. Un día el mono, el representante electo por los animales, convocó a una reunión con éstos para pedirles una toma de decisión.
-Se sabe que el león es el rey de los animales, pero en la selva existen tres leones y los tres son muy fuertes. ¿A cuál de ellos debemos rendir obediencia? ¿Cuál de ellos deberá ser nuestro Rey?
Los leones supieron de la reunión y comentaron entre sí:
-Es verdad, la preocupación de los animales tiene mucho sentido. Una selva no puede tener tres reyes. Luchar entre nosotros no queremos ya que somos muy amigos. Necesitamos saber cuál será el elegido, pero ¿cómo descubrirlo?
Después de mucho deliberar, los animales les comunicaron a los tres leones que encontraron una solución muy simple para el problema, y decidieron que los tres escalaran la Montaña Difícil, así el que llegue primero a la cima será consagrado rey.
La Montaña Difícil era la más alta de toda la selva. El desafío fue aceptado y todos los animales se reunieron para asistir a la gran escalada.
El primer león intentó escalar y no pudo llegar.
El segundo empezó con todas las ganas, pero, también fue derrotado.
El tercer león tampoco lo pudo conseguir y bajó derrotado.
Los animales estaban impacientes y curiosos; si los tres fueron derrotados, ¿Cómo elegirían un rey?
En este momento, un águila, grande en edad y en sabiduría, pidió la palabra:
-¡Yo sé quién debe ser el rey! Todos los animales hicieron silencio y la miraron con gran expectativa.
-¿Cómo?, preguntaron todos.
-Es simple… dijo el águila. Yo estaba volando bien cerca de ellos y cuando volvían derrotados en su escalada por la Montaña Difícil escuché lo que cada uno dijo a la Montaña.
El primer león dijo: – ¡Montaña, me has vencido!
El segundo león dijo: – ¡Montaña, me has vencido!
El tercer león dijo: – ¡Montaña, me has vencido, por ahora! Pero ya llegaste a tu tamaño final y yo todavía estoy creciendo.
-La diferencia, completó el águila, es que el tercer león tuvo una actitud de vencedor cuando sintió la derrota en aquel momento, pero no desistió y quien piensa así, su persona es más grande que su problema: él es el rey de sí mismo, y está preparado para ser rey de los demás.

«Tus problemas, por lo menos la mayor parte de las veces, ya llegaron al nivel máximo, pero no tú. Tú todavía estás creciendo y eres más grande que todos tus problemas juntos.»


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